martes, 15 de abril de 2008

70 aniversario de la llegada de las Divisiones Navarras al Mediterráneo

15 de abril de 1938. Viernes Santo. “ La maniobra iniciada al Sur del Ebro en dirección al mar ha tenido un brillante remate con el arrollador avance de nuestras tropas que, persiguiendo al enemigo, han alcanzado el Mediterráneo, ocupando Vinaroz, Benicarló, Cálig, La Cenia, San Rafael del Río, Ulldecona y Alcanar.

El durísimo castigo sufrido por el enemigo en las operaciones de los días anteriores que precedieron a esta maniobra, ha contribuido eficazmente a facilitar esta fase de la victoria que ha traído como consecuencia cortar las comunicaciones de Cataluña con Valencia
[…]”. Así relataba el parte oficial de aquel día la llegada de las tropas nacionales al Mediterráneo. Justo 100 años después de que lo hiciera Cabrera, las fuerzas carlistas entraban triunfalmente en poblaciones como Morella, San Mateo Ulldecona o Benicarló.

Hoy hace 70 años, las Divisiones I y IV de Navarra, en las que se integraban las unidades carlistas de los Tercios de Montejurra y Lácar y la 4ª Compañía del 3º Batallon de Flandes, formando parte del Cuerpo de Ejército de Galicia, culminaban en parte la ofensiva del Maestrazgo. Mientras la IV División al mando del coronel Alonso Vega llegaba a las poblaciones costeras de Benicarló y Vinarós, las fuerzas del los Tercios de Requetés de Lácar y Montejurra liberaban Ulldecona, villa tarraconense de gran raigambre carlista.

Los pueblos del Maestrazgo y del Montsià, tan duramente castigados por la persecución religiosa, veían restablecer el culto en las plazas de las poblaciones y en las maltrechas y profanadas iglesias parroquiales. Los requetés colaboraron activamente en ello. Un ejemplo: El tercio de Montejurra estuvo acantonado una semana en Benicarló, el 22 de abril estableció su campamento en una finca de las afueras de la población. Cien de sus requetés se ofrecieron voluntarios para limpiar la iglesia parroquial de San Bartolomé, destrozada y sucia, después de haber servido durante casi dos años como mercado de abastos y almacén de víveres. Las imágenes, los ornamentos, los objetos litúrgicos…todo había sido arrasado. La persecución religiosa supuso, como en tantos pueblos, la eliminación de decenas de personas, sacerdotes, religiosos y seglares, entre ellos abundantes carlistas.

Ya había pasado la Semana Santa, pero el cumplimiento pascual pudo llevarse a cabo. El lunes 25 de abril, diez días después de su liberación, Benicarló acogió en su templo parroquial a vecinos y requetés en la celebración de la primera Santa Misa tras veintiún meses de catacumbas. Los dos tercios formaron en las amplias naves de la expoliada iglesia, presididos por el coronel García Valiño, el Tte.coronel Pérez Salas y los comandantes de los dos Tercios, Luciano García Sánchez (muerto el 9 de julio siguiente, en los combates en la zona de la sierra de Espadán) y Pablo Díaz Doñabeitia. En el ábside desnudo, una cruz inmensa; y bajo ésta un pequeño altar portátil en el que celebró la Eucaristía un sacerdote superviviente de la persecución, acompañado por el páter del Tercio de Montejurra, D. Policarpo Cía. La Misa fue cantada por los requetés del Montejurra, con el “Réquiem” de Perossi al final.

70 años después varios monumentos siguen en pie en las tierras del Maestrazgo recordándonos el paso por ellas de las divisiones navarras y de los requetés que en ellas combatieron, pagando un tributo de sangre por liberarlas. Algunos de ellos son ensuciados con frecuencia por los revanchistas e ignorantes.



El monumento erigido en Vinarós en 1955 en recuerdo de la llegada al mar Mediterráneo de las fuerzas de la IV División de Navarra, fue desmantelado y permaneció durante años abandonado en dependencias municipales. Desde 2004 se encuentra cedido al Aula de Cultura Militar “Bermúdez de Castro” de Castellón, que procedió a su restauración y puede contemplarse en las dependencias del Museo de Historia Militar de Castellón.

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