Durante la presencia de D. Alfonso en el Maestrazgo en el verano de 1874, se intentó organizar política y administrativamente al territorio valenciano controlado por los carlistas. Se impulsaron los trabajos para dotar al Reino de Valencia de una Diputación siguiendo el modelo de la que se estaba instaurando en Cataluña siguiendo las directrices del Real Decreto del 26 de julio de 1874, promulgado por Carlos VII. En este decreto se concedían amplias competencias políticas y administrativas como la fijación y gestión de impuestos y contribuciones, nombramiento de funcionarios, control de Ayuntamientos, seguridad o la creación de una Audiencia Territorial. El 1 de octubre se constituyó en Sant Joan de les Abadesses la Diputación General de Cataluña.
De esta manera se concretaba lo expuesto por Carlos VII el 16 de julio de 1872 en su “Manifiesto a los pueblos de la Corona de Aragón”:
“[…] Amante de la descentralización, según consigné en mi Carta-Manifiesto de 30 de junio de 1869, hoy os digo pública y solemnemente:
Intrépidos catalanes, aragoneses y valencianos: Hace un siglo y medio que mi ilustre abuelo Felipe V creyó deber borrar vuestros fueros del libro de las Franquicias de la Patria.
Lo que él os quitó como Rey, yo como Rey os lo devuelvo; que si fuisteis hostiles al fundador de mi dinastía, baluarte sois ahora de su legítimo descendiente.
Yo os devuelvo vuestros fueros, porque soy el mantenedor de todas las justicias, y para hacerlo, los años no transcurren en vano, os llamaré, y de común acuerdo podremos adaptarlos a las exigencias de nuestros tiempos.
Y España sabrá, una vez más, que en la bandera donde está inscrito Dios, Patria y rey están escritas todas las legítimas libertades.”
Pero además de defender una ideología y unas posturas foralistas lo que se pretendía era lograr un mínimo control y organización dentro del territorio controlado por el carlismo, especialmente en lo referente al cobro de contribuciones y a la administración de la Hacienda.
A finales de agosto, D. Alfonso inició las gestiones para ordenar y organizar adecuadamente el cobro de contribuciones, “conforme al orden, justicia y honradez”. El dinero recaudado debía entregarse a la Intendencia del Ejército en la que la Diputación del Reino de Valencia podía tener un tesorero. Para formar parte de la Junta de la Diputación valenciana, D. Alfonso “encargó a algunas personas, cuyas cualidades posición y conocimiento del país eran una garantía de que su elección daría un buen resultado, que propusieran nombres para componerla y el modo de establecerla y organizarla”. Durante su estancia en Vinaròs, el 20 de agosto don Alfonso crea la Real Diputación del Reino de Valencia, germen de un sistema de autogobierno carlista, con un carácter cercano a las instituciones forales. Inicialmente y por espacio de un mes se denominó Real Junta del Maestrazgo. Formaron esa primera Diputación D. Josep Esplugues, Barón de Zafra (1), como presidente; D. Ramón de Salvador como vicepresidente; D. Víctor de Olesa como secretario y como vocales Isidro Alcedo, Barón de Ribesalbes, y los señores Bonet y Vela Ebrí. Se estableció la sede en Villahermosa del Río, pasando al final de la guerra a Vistabella.
Esta Diputación se constituyó oficialmente en Sant Mateu (a la izquierda sus murallas), la capital histórica del Maestrazgo, el día 9 de septiembre de 1874. Una de sus primeras disposiciones fue la emisión de un sello para el correo carlista (el sello de Vistabella, a la derecha) de la jurisdicción del Centro (Valencia, Castellón, Alicante, Teruel, Cuenca y Guadalajara), impreso en Vistabella.
La Diputación carlista valenciana perdurará únicamente hasta julio de 1875, cuando se produce la traición de Dorregaray. Durante los meses en que estuvo en vigor se encargó del funcionamiento del correo; recaudación de impuestos; de la administración de la Justicia civil y de la promulgación de diversas disposiciones para el buen gobierno y la organización administrativa del territorio, publicadas en el diario oficial carlista del Centro El Volante de la Guerra, más tarde rebautizado como La Vanguardia, editados también en Vistabella.
Su buen funcionamiento quedó muy mermado con el asesinato de D. Josep Esplugues, el 13 de diciembre de 1874: Estando en ejercicio de su cargo de presidente de la Diputación carlista, fue muerto en las calles de La Sènia (Tarragona), junto a 18 carlistas más, por las tropas liberales del general Jovellar procedentes de Vinaròs. Estas tropas serían las mismas que el 29 de diciembre siguiente proclamarían a Alfonso (XII) en Sagunto.
Tras su muerte le sucedió en el cargo el barón de Ribesalbes, un hombre muy cercano a Dorregaray y que, junto a él, preparó - en connivencia con agentes alfonsinos, como Josep Vilaseca i Mogas- la conocida como “Traición del Centro” de julio de 1875, que supuso la entrega de las fuerzas carlistas por una sustanciosa suma económica, al cambio actual unos 59000 euros.
Acababa así la Tercera Guerra Carlista en el Maestrazgo y el proyecto de lo que debía ser la restauración foral del Reino de Valencia.
Vistabella del Maestrat, fachada de su iglesia parroquial.-------------------------------------------------------
(1)Don Josep Esplugues, Barón de Zafra, procedía de una familia nobiliaria (con título concedido desde 1801) de la comarca de la Vall d´Albaida.. Vivió en Bocairent , donde poseía una casona de estilo renacentista en el barrio de la Mare de Déu dels Desemparats,. En la plaza de toros de esta población aún se conserva “el palco del Barón de Zafra” .Más tarde se instaló en Ontinyent. Ejerció de escribano real
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