Este apasionante drama polaco explica un hecho histórico que cambió la Historia: la caída del comunismo en Europa gracias a la inquebrantable fe de unos hombres como el protagonista de esta película, Jerzy Popielusko, capellán del sindicato polaco ‘Solidaridad’ que sacrificó su vida por la libertad de su pueblo.
En 1979, los trabajadores de una fundición de Varsovia, encerrados en su lugar de trabajo, solicitaron un sacerdote para la celebración de una eucaristía mientras clamaban un cambio de régimen que respetara los derechos fundamentales. Circunstancialmente a esa llamada acudió un joven cura llamado Jerzy Popieluszko quien, a partir de ese momento, se convirtió en el capellán del sindicato ‘Solidaridad’ de Polonia y en uno de los hombres más odiados por el régimen comunista instaurado en ese país. Famoso por sus ortodoxas homilías, donde apelaba, como su compatriota Juan Pablo II, a “vencer el mal con el bien” y a resistir contra la injusticia, Popieluszko fue, durante los años siguientes, espiado, perseguido, enviado a prisión con falsas pruebas, sin que por eso desistiera en su lucha contra la opresión, hasta su brutal asesinato en manos de los servicios secretos, comandados por un siniestro personaje Pitrovski.
La magnífica película -que llega a las pantallas españolas con dos años de retraso- muestra la cara más humana de este sacerdote valiente, emotivamente interpretado por Adam Woronowicz, quien entendió perfectamente cómo debía encarnar al carismático personaje.
El proyecto de Popielusko. La libertad está en nosotros salió adelante, con mucho esfuerzo y tras largos años, por el empeño de su director, Rafal Wieczynski, quien tardó siete meses en rodarla en los emplazamientos exactos y empleó más de 7.000 extras. Su objetivo fue ser lo más fiel a los hechos históricos, de tal forma que en este largometraje se fusionan perfectamente las imágenes documentales y las recreadas en la ficción.A destacar la escena en la que el obispo de Popieluszko le entrega un rosario en nombre de Juan Pablo II, como mensaje tácito de que el Papa estaba con él y con la Iglesia polaca, y también la presencia en el reparto de personajes que se interpretan a sí mismos y que trataron en la vida real con el personaje biografiado.
Todo ello se traduce en un largometraje impactante, que no sólo habla de unos hechos históricos que revolucionaron la Historia de Polonia sino la de toda Europa.
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