Profunda herida han abierto en nuestros
sentimientos religiosos las disposiciones sectarias de los que, al frente hoy
de los destinos de la Patria, no descansan hasta verla feudataria de masónicas
instituciones. La Cruz, emblema sacrosanto de nuestra redención, ha sido
desterrada de las escuelas, impedida la adoración que recibía al ser enarbolada
en los actos públicos del culto y postergada en nuestros cementerios, donde era
testimonio vivo de nuestra fe, a cuya sombre bendita reposan nuestros mayores y
esperamos descansar bajo sus amorosos brazos.
Ante tamaño ultraje, hagamos de
nuestros pechos altar vivo de amor al Divino Crucificado, ofrendamos nuestras
vidas en defensa del árbol sacrosanto de nuestra fe y al rugir satánico de sus
enemigos opongamos con toda la energía de nuestra raza el himno litúrgico que
la Iglesia canta en su honor: “Ecce
lignum Crucis; venite adoremus “.
Seguro de interpretar el sentir
del pueblo creyente y fiel, y hasta donde mi voz ha de ser oída, vengo en
decretar:
1º. Establezco para la Comunión
Tradicionalista la celebración de la fiesta del Triunfo de la Santa Cruz, que
tendrá lugar, desde el presente año, el día 3 de mayo, fecha en que la celebra
la Santa Iglesia Católica.
Celebración de la Santa Cruz en el Círculo San Miguel de Llíria (Valencia) |
2º. En todos los Círculos y por
todos los que los integran, esto es, socios de todas clases, juventudes,
requetés, margaritas, etc, se celebrará una velada en que será ensalzada la
Santa Cruz.
3º. Todos los periódicos de
nuestra Comunión – diarios, semanarios y revistas – publicarán con el mayor
realce posible, el citado día, artículos ensalzando el glorioso símbolo de
nuestra fe; los que lo puedan, en hojas extraordinarias.
4º. El presente decreto será
transmitido a todos los Jefes regionales y, donde no los haya, a los
provinciales, encargándoles que a u vez lo hagan, con la mayor rapidez posible,
a todas las entidades que de ellos dependan, así como a los señores directores
de los periódicos que se editen en sus respectivas demarcaciones.
Dado en París el 6 de abril de
1932.- ALFONSO CARLOS
A la Junta Suprema Nacional de
Madrid.
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