sábado, 13 de abril de 2013

CRISTEROS, CRUZADOS DEL SIGLO XX


Hace una semana del estreno en España de la excepcional película Cristiada . No estamos muy acostumbrados en España a un cine de ese tipo. Un cine que trata de ser fiel a la verdad y transmitir unos valores de lealtad, de fe, de martirio, de lucha o de compromiso hasta las últimas consecuencias.

Con motivo de dicho estreno queremos recuperar el nº 34 de la revista carlista AHORA-Información, correspondiente a los meses de julio-agosto de 1998. Fue un número extra y extraordinario dedicado totalmente a los cristeros. En sus páginas se desgranaban los principales aspectos del movimiento cristero: su cronología, los antecedentes, los ataques contra la Iglesia, el desarrollo de las guerras cristeras, los "arreglos", el papel de la mujer o los mártires de la persecución...
Reproducimos para nuestros lectores el editorial de aquel número y lanzamos esta propuesta: ¿no sería posible reeditar dicho número?


El movimiento cristero, prácticamente desconocido en los ambientes católicos, guarda un paralelismo sin parangón con las guerras contrarrevolucionarias europeas. El proceso revolucionario, ya lo hemos denunciado muchas veces desde estas líneas, actúa de forma mecánica. Prácticamente todas las revoluciones han seguido el mismo proceso intentando someter todo al Estado especialmente la Iglesia. La revolución mexicana no ha sido menos. Sucesivos gobiernos revolucionarios mexicanos intentaron aniquilar, a base de leyes cada vez más opresivas, a la Iglesia Católica. Frente a la Revolución el pueblo católico mexicano se alzó en armas al grito de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

[…] La guerra cristera fue una manifestación de la Hispanidad viva. Frente al Estado centralista y revolucionario, frente a la modernidad opresiva de los humildes, frente al imperialismo americano y su política de protestantización de la sociedad y de dominio económico, frente a las élites masónicas y liberales, el pueblo mexicano se sublevó. Su propuesta sólo fue una guerra defensiva sino un movimiento con claras aspiraciones sociales y de transformación política.

Sólo la traición, como tantas veces, consiguió extinguir un fuego que estuvo a punto de transformar la historia de México. Hoy nuestro recuerdo para ellos. Pero no un recuerdo desde la nostalgia sino de admiración y deseo de encontrar referentes para construir la civilización del Amor, porque nuestra lucha no es utópica sino real.

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