
Al iniciarse el Alzamiento, los carlistas de Tivissa estaban a la espera de una orden de movilización y de poder recibir unas armas que nunca llegaron. Sus dirigentes fueron encarcelados y algunos de ellos asesinados, como el caso de Josep Alabart Fàbregas. Otros tuvieron más suerte, siendo encerrados en cárceles y barcos-prisión, como fue su caso.
Tras alcanzar la libertad y llegar a zona nacional, se integró primero en el Tercio de Ntra. Sra. de Montserrat y después, junto a 120 de sus miembros,pasó a reforzar el Tercio de Ntra. Sra. del Pilar, con el que hizo la guerra. Perdió gran parte de la audición tras la explosión de un polvorín y la visión del ojo izquierdo.
Terminada la guerra fue nombrado alcalde de Tivissa. Vuelta la normalidad se dedicó a su oficio de fontanero y electricista. Fundó una familia de la que nacieron dos hijos.
Siempre vinculado al carlismo, participó en actividades carlistas, como la organización de los actos de Quatre Camins, en Vilalba dels Arcs, con motivo del L aniversario de la batalla del Ebro en 1988. A pesar de sus achaques continuaba "al pie del cañón" suscrito a diversas publicaciones carlistas en las que colaboraba con sus cartas y poemas, ya que era un gran aficionado a la poesía.
Últimamente estaba trabajando activamente en proyectos de recuperación de la memoria histórica del carlismo: sus aportaciones sobre su paso por los Tercios de Requetés, sus experiencias en el carlismo durante la República, sus amigos mártires de la Tradición, su participación en el Alzamiento...de lo que pueden dar testimonio algunos amigos carlistas.

Un detalle: hace 2 años me pidió la música del himno de su Tercio del Pilar. "El himno tienes que encontrarlo, es para mi muerte, para que suene en vez de las campanas en Tivissa". Allí, en su pueblo natal sería enterrado el pasado 4 de enero.
Una vida intensa y extensa, de la que hemos podido disfrutar algunos de sus últimos años, algo por lo que damos gracias a Dios. Fins al Cel, senyor Domènec!
CCF
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