domingo, 10 de febrero de 2008

GALLARDETÓN DE FELIPE V UTILIZADO EN LA GUERRA DE LA CUÁDRUPLE ALIANZA 1718-1721


Iñigo Pérez de Rada

Anverso

Reverso



Felipe V, aconsejado por su ministro el cardenal Julio Alberoni, trató de anular los tratados de Utrecht y Rastadt, ambos resultado del encumbramiento del Duque de Anjou en el trono español tras la Guerra de Sucesión, por los que se perdieron los restos españoles en los Países Bajos, Nápoles, Cerdeña, Milán, Sicilia, Gibraltar y Menorca.
Tras una serie de sorpresivas y audaces acciones se ocupa Cerdeña (1717) y gran parte de Sicilia (1718). Esto provoca la repulsa de Europa y la formación en contra de esta política expansionista de la Cuádruple Alianza, integrada por Francia, Inglaterra, Holanda y el Imperio Austriaco, ratificada en Londres el 2 de agosto de 1718. A estos se uniría tres meses después Saboya, el 5 de noviembre. (1)
La primera medida militar de la Alianza fue el envío rumbo al reino de Nápoles de una escuadra al mando del almirante George Byng –posteriormente distinguido por Jorge I con el título de vizconde de Torrington-, quien el 11 de agosto divisó una escuadra española al mando del almirante Don José Antonio de Gaztañeta. (2)
Constaba la armada de veinte y dos navíos de línea, tres navíos mercantiles, armados en guerra; cuatro galeras, a cargo del jefe de escuadra don Francisco Grimáu, en que también iba otro jefe de escuadra, don Pedro Montemayor; una galeota mallorquina y trescientos cuarenta bastimentos de transporte con dos balandras. Éstos llevaban de tropas treinta y seis batallones completos, cuatro regimientos de dragones y seis de caballería, que componían treinta mil hombres, mandados por don Juan Francisco de Vete (sic), marqués de Lede; gente veterana y escogida, y tropas cuales Monarca alguno no tenía mejores, disciplinadas, con dieciocho años continuos de guerra, que se habían hallado en todas las funciones de las que hemos escrito.
Había en estos ocho batallones de guardias españolas y valonas gente esforzada, que cada soldado podía ser oficial. También se embarcaron cien piezas de cañón de batir, cuarenta morteros, una cantidad inmensa de pólvora y municiones, con mil quinientos mulos para el tren de la artillería; seiscientos artilleros, y hasta mil quinientos que en la artillería servían; una compañía de sesenta minadores y cincuenta ingenieros subordinados a don Próspero Berboon, ingeniero mayor, hombre en esta facultad de los más insignes de su siglo; pertrechos de guerra innumerables y cuantos instrumentos son precisos para ella.
Nunca se ha visto armada más bien abastecida; no faltaba la menudencia más despreciable, y ya escarmentados de lo que en Cerdeña había sucedido, traían ciento cincuenta y cinco mil fajinas y quinientos mil piquetes para trincheras; se pusieron víveres para todo este armamento para cuatro meses. (3)
El encuentro tuvo lugar en el cabo de Passaro, al sureste de Sicilia, donde los británicos – a pesar de no haber aún declarado la guerra formalmente adelantándose a ésta cuatro meses- comenzaron a hostilizar a los españoles con su fuego. El enfrentamiento se saldó con adversa fortuna para estos últimos: la brillante Armada creada por José Patiño fue destruida o apresada, lográndose salvar del desastre únicamente ocho barcos. (4)

En esta expedición a Cerdeña y Sicilia participó subordinado al mando del marqués de Lede, el III Marqués de Santa Cruz de Marcenado. (5)
El 17 de noviembre de 1718 en virtud a una Real Ordenanza se autorizó la práctica del corso bajo pabellón español. Ésta se completó con una leva general y otra destinada a marineros.
Inglaterra declaró la guerra a España en diciembre; Felipe V pretendía coadyuvar a la instauración en el trono inglés del pretendiente católico Jacobo III Estuardo –“el Viejo Pretendiente”, para distinguirlo de su hijo Carlos, “Joven Pretendiente” o “Bonnie Prince Charlie” continuador de la causa jacobita-, pero la flota que salió de La Coruña (marzo 1719) para apoyar este proyecto fue desorganizada por la adversa climatología. Las tropas que lograron llegar a Escocia, desde donde se pretendía invadir Inglaterra, fueron derrotadas. Francia invadió ese mismo año la península ocupando Fuenterrabía, Pasajes, San Sebastián, hasta la completa invasión de las tres provincias vascongadas. Éstas se comprometieron a reconocer al Rey de Francia si les eran respetados sus seculares Fueros; al mismo tiempo otra columna gala avanzaba por Cataluña y la Marina británica amenazaba los puertos de Vigo, Pontevedra y Marín mientras que la francesa atacaba el puerto de Santoña.
El Rey español consciente del rumbo desfavorable que estaban tomando los acontecimientos resolvió tratar de apaciguar a sus enemigos europeos mediante una concatenación de medidas entre las que destacan el cesar a Alberoni, la firma de un tratado de amistad el 13 de junio de 1721 y el ofrecimiento de matrimoniar a su hijo Luis, Príncipe de Asturias, con la princesa francesa María Luisa de Orleans.
España hubo de ceder sus conquistas en favor de los aliados "sacrificando sus propios intereses en beneficio de la Paz de Europa", firmando el armisticio en la Paz de Cambrai, pero consiguió en cambio la devolución de manos francesas Pensacola (Florida) y las provincias vascas, el reconocimiento del emperador de Austria hacia Felipe V, renunciando aquél a sus derechos sobre el trono hispano, así como sucesión de los ducados de Parma, Plasencia y Toscana para don Carlos (futuro Carlos III), hijo mayor de su segunda esposa, Isabel de Farnesio (1692 - 1766), que encaminó su política a hallar estados para sus hijos en Italia.
Para esta guerra contra la Cuádruple Alianza fue confeccionada la presente enseña o gallardetón, con unas dimensiones de 135 x 250 cm. Procede del Palacio de Loredán, en Venecia (Italia) donde Don Carlos VII de Borbón, Rey legítimo de las Españas la tenía depositada, aunque no en su "cuarto de banderas”, ya que no figura en los dibujos de Gasparini ni en la relación elaborada por el conde de Melgar. Luego pasó al Museo de Recuerdos Históricos, de Pamplona y se encuentra desde 2007 depositada en el Museo de Tabar (Navarra).
Su uso más probable fue para la Armada en virtud a la dada su morfología, dimensiones, así como los motivos representados, que recuerdan aquellos gallardetes hoy conservados en el Museo Naval de Madrid, el más célebre que perteneció a Antonio de Oquendo.
El anverso es en seda carmesí, representando en su centro superior un escudete conteniendo cuatro brazos armados sujetando cada uno de ellos cadenas, formando así una alianza, metafórica representación de los reinos enemigos de Inglaterra, Francia, Imperio Austriaco y Saboya, surmontados por una cartela conteniendo la inscripción procedente del Salmo II: "PRINCIPES CONVENERUNT IN UNUM ADVERSUS DOMINUM", ("Los Príncipes se confabulan en contra del Señor") en clara alusión a la unión a las monarquías hostiles a España. A su izquierda se halla una figura alegórica en posición erguida sobre el orbe, vistiendo casco, toga y sosteniendo un escudo que contiene la representación de la Justicia sedente sujetando la balanza y la espada con su mano izquierda mientras con la derecha y con el dedo índice apunta a una segunda cartela con el texto latino "DIRUMPAMUS VINCULA EORUM" ("Rompamos sus ataduras"), significando que la justicia representada por el Rey de España disolverá finalmente esa maligna unión entre naciones. Cada una de las farpas, o puntas, del gallardete se encuentran sembradas de flores de Lís, emblema de la Casa de Borbón.
El reverso está ocupado por la Cruz de Borgoña dispuesta en aspa alternando Castillos y Leones. Como en el anverso, las farpas están ocupadas por flores de Lís.






NOTAS
(1) Antes se había formado la Triple Alianza (La Haya, 4 enero de 1717) con idéntico propósito entre Francia, Austria e Inglaterra.
(2) […] el jefe de escuadra don Antonio Castañeta (sic), buen piloto, pero poco experimentado en la guerra; mas tocábale el mando por su antigüedad. A éste iban subalternos los jefes de escuadra don Fernando Chacón, marqués Esteban Mari, y don Baltasar de Guevara”.
Comentarios de la guerra de España e historia de su rey Felipe V, El Animoso. Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe. Génova : por Matheo Garvizza, [17--?]
(3) Zarpó la Armada comandada por Gaztañeta el 18 de junio de Barcelona, arribando el primero de julio a las costas próximas a Palermo, donde se procedió al desembarco de las tropas durante ese día y el siguiente, cuando se abrió una real orden la cual nombraba a Don Juan Francisco de Bette, Marqués de Lede, virrey de Sicilia y capitán general de aquél ejército.
Comentarios de la guerra de España e historia de su rey Felipe V, El Animoso. Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe. Génova : por Matheo Garvizza, [17--?]
(4) Los buques que lograron no ser apresados o destruidos fueron los siguientes: San Luis, San Juan, San Fernando, el Puercoespín, la Tolosa; San Juan el Chico, la Flecha y una galeota a bombas.
Gaztañeta resultó herido de gravedad, aunque se repuso, falleciendo en Madrid en 1728.
Comentarios de la guerra de España e historia de su rey Felipe V, El Animoso. Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe. Génova : por Matheo Garvizza, [17--?]
(5) Don Alvaro de Navia-Osorio y Vigil (1684-1732), III Marqués de Santa Cruz de Marcenado, militar y diplomático autor entre otras de las célebres “Reflexiones Militares”, 11 tomos, 1724-1730. Participó en la expedición al mando del Regimiento de Asturias. El 28 de junio 1718 fue creado Gobernador de la Plaza de Caller (hoy Cagliari), en Cerdeña, hasta que en 1725 fue nombrado embajador extraordinario en la corte de Turín, donde iba a negociar en nombre de Felipe V el tratado de Hannover.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Amigo mío: Esa foto del Requeté junto a la Cruz de Cuatre Camins del glorioso Tercio de Montserrat es, como bien dices, nuestra Esperanza. Espero ver a ese niño, al menos, como Coronel Jefe de las fuerzas Carlistas del Maestrazgo. Un abrazo.