De entre los 522 mártires que serán beatificados en Tarragona el próximo 13 de octubre queremos destacar en este blog a aquellos más relacionados con el carlismo, como es el caso de Vicente Jovaní Ávila y de su tío Joaquín Jovaní Marín. Pertenecían a una familia muy vinculada al carlismo del Maestrazgo, como lo demuestra que otros dos hermanos de Vicente, Joaquín y Fernando eran vocal de la Junta Local Carlista de Benicarló además de miembro del Requeté y Delegado del Distrito de Vinaroz de la Juventud Tradicionalista respectivamente, El primero murió asesinado junto a su hermano y su tío en Montcada i Reixac. Dos meses antes había sido asesinado su padre Vicente Luis Jovaní Marín en Sagunto. Con ellos también murió Federico Domingo Sanjuán, ex alcalde republicano de Benicarló y hermano del ministro de la República Marcelino Domingo, intentando salvar a los miembros de la familia Jovaní. Sólo Fernando sobrevivió para poder dar testimonio.
Esta es una breve semblanza biógrafica de ambos:
“Conseguida la
libertad de mi tío Joaquín –gracias a las gestiones de Federico Domingo y
Domingo Roig Marín (dirigente de la Derecha Regional Agraria en Benicarló y hermano de Agustín Roig Marín jefe carlista del Distrito de Vinaroz)-, le llevaron a Barcelona con mi hermano Vicente. Éste se acomodó
en la pensión que ocupábamos mi hermano Joaquín y yo mismo. Por unos días nos
juntamos los tres hermanos en la misma casa. En esos días, inesperadamente, nos
visitó el P.
Arbona, jesuita, quien le facilitó formas y vino para celebrar Misa. Así que,
en nuestra común habitación, diariamente celebraba la Santa Misa , con solo
dos asistentes. Me llamaba la atención que se vestía con sus mejores ropas sólo
para ese menester; se servía de un vaso como cáliz y una cartulina cortada
hacía las veces de patena. Aquéllas eran misas de catacumbas; la emoción se
palpaba. El mes anterior, octubre, mi padre había dado la vida por la mía, y
nosotros presentíamos el mismo final, ya que por entonces, en Barcelona, las
patrullas de control registraban pisos y pensiones y crecían los mártires en la Rabassada , Vallvidrera,
Montcada, etc., etc.
Un día de los
últimos de noviembre vinieron de Benicarló mi tío Domingo, siempre acompañado
de su cuñado Federico, con una esperanzadora noticia: preparaban la salida de
mi tío Joaquín y que posiblemente cupiera en el mismo vehículo uno de nosotros
tres. Más tarde nos darían más detalles, y se fueron. Mientras, nosotros
decidimos que si alguien se podía salvar que fuera mi hermano Joaquín, casado,
con dos hijos, de menos de dos años el chico y cuatro meses la niña. Tal y como nos
habían prometido, esa misma tarde vinieron a recoger a Joaquín. Otro abrazo
emocionado. Vicente que se va con ellos, para despedir a nuestro tío Joaquín…y
adiós, para siempre.
Lo poco que
pudimos averiguar, es que les tendieron una emboscada, y fueron entregados a
las patrullas de control de Poble Nou (calle Pedro IV). Después de los
consabidos interrogatorios fueron encarcelados en la checa del convento de San
Elías, y el día 7 de diciembre los asesinaron en el cementerio de Montcada y
echados sus cadáveres en los pozos excavados al efecto, pues eran muchos los
asesinados diariamente.”
Joaquín
Jovaní Marín.- 1874-1936. Nació el 16 de octubre de 1874 en Sant Mateu
aunque su familia se trasladó a vivir a Benicarló. Su familia era muy religiosa
y guardó una gran relación con el Beato Manuel Domingo y Sol,
fundador de la Hermandad
de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Realizó sus estudios en el seminario de
Tortosa y se licenció en Teología en el seminario de Toledo. Fue ordenado presbítero
el día 4 de junio de 1898 y el 12 de agosto ingresó en la Hermandad fundada por
Mosén Sol. Ocupó diversos cargos de responsabilidad en el seminario de Toledo;
director del colegio de San José de esa ciudad; director del colegio de San
Juan en Almería; administrador del Pontificio Colegio Español de Roma, del que
más tarde sería rector; profesor en el seminario de Barcelona; rector del
seminario de Tarragona. En 1927 fue elegido director general de la Hermandad de Sacerdotes
Operarios Diocesanos, cargo que desempeñó hasta 1933. En 1934, a petición del
arzobispo, volvió a desempeñar el cargo de rector del seminario de Tarragona. El inicio de la persecución religiosa
le sorprendió en el seminario de la
Seu d´Urgell, en un cursillo de verano con los seminaristas
mayores de Tarragona. Como ya hemos comentado, allí le acompañó su sobrino
Vicente. En diferentes cartas había manifestado sus inquietudes y presagios
sobre el clima social y político que se vivía en España en 1936: “Únicamente el Señor sabe lo que nos espera
en el transcurso de este año que hoy comenzamos”. “La marea roja parece que va
en aumento. ¿Llegaremos al final de la zozobra? En manos de Dios estamos.”
El 25 de julio por la tarde entró un grupo de
milicianos armados en la capilla donde estaban rezando vísperas. Superiores y
seminaristas quedaron detenidos en el mismo seminario. Se les comunicó a los
superiores la posibilidad de pasar a Andorra, salvando así su vida, pero la
rechazaron por no querer abandonar a sus alumnos. El 26 de julio un autobús y
dos camiones trasladan a los presos hasta Tarragona. Durante el trayecto se les
despojó de todas sus pertenencias. En Tarragona fueron liberados, Don Joaquín
fue acogido por la familia de un seminarista, allí se celebraba la Misa y se rezaba el rosario
de forma clandestina. El 2 de agosto un numeroso grupo de milicianos
fuertemente armados llamaron a la puerta exigiendo la presencia del sacerdote,
su respuesta fue: “Alabado sea Dios; ha
llegado la hora…” Al ser interrogado sobre su identidad, contestó: “Soy sacerdote y rector del Seminario de
Tarragona”. A partir de aquel momento quedó detenido y fue trasladado al
comité para ser interrogado. A las diez de la noche fue conducido al castillo
de Pilatos donde quedó preso. La familia del seminarista José María Reyes le
llevaba comida diariamente.
Por influencia de Federico Domingo fue
liberado a los pocos días. Se refugió en casa de su primo Justo Marín pero
viendo que corría peligro se trasladó junto a su sobrino Vicente a Barcelona,
hospedándose en la pensión “El Carmen”. Se le facilitó un pasaporte para ir a
Francia junto a su sobrino Joaquín, pero, como hemos visto anteriormente,
fueron descubiertos y apresados. Junto a ellos fueron detenidos su otro
sobrino, Vicente, Federico
Domingo y Domingo Roig. Los cinco fueron encerrados en la
misma celda de la checa de San Elías. Después de los interrogatorios Domingo
Roig fue puesto en libertad, aunque moriría asesinado un mes después en Castellón. Los cuatro restantes fueron llevados al cementerio
de Montcada i Reixac, siendo allí martirizados el 7 de diciembre de 1936.
Monumento a los mártires en el cementerio de Montcada i Reixac |
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