jueves, 6 de octubre de 2011

7 DE OCTUBRE DE 1936: EL ASESINATO DE OCHO CARLISTAS DE BENICARLÓ (I)


Hoy hace 75 años, un 6-7 de octubre de 1936, se desarrollaron unos tristes hechos que quedaron grabados en la memoria de Benicarló, una pequeña ciudad del norte de Castellón, y en especial en la de dieciséis familias que perdieron aquel día a sus seres más queridos. Todo se inició el día 5 de octubre de 1936, cuando en conmemoración del 2º aniversario de la Revolución de Asturias, el Comité Revolucionario de la población ordenó por medio de un bando, la celebración al día siguiente del llamado “Día rojo”, declarándolo festivo y prohibiendo las salidas de la población. Durante ese día, y en días anteriores, “escopeteros” del Comité detuvieron a varias decenas de vecinos de Benicarló, la mayoría de ellos miembros o simpatizantes de la Comunión Tradicionalista (previamente se habían incautado de la lista de socios del Centro Instructivo Tradicionalista), de la Derecha Regional Agraria más algún falangista, que fueron conducidos hasta el cuartel de la Guardia Civil, en ese momento desocupado, en lo que fue el Convento de San Francisco. Algunos niños de entonces recuerdan la presencia el día 6 de octubre de dos camiones aparcados junto al campanario, frente a las puertas de la sede del Comité, con unas calaveras pintadas en su carrocería: eran los “camiones de la muerte” preparados para cargar y llevarse a los detenidos que iban a ser asesinados.
La noche del día 6 doce vecinos de Benicarló fueron cargados en un camión escoltado por un grupo de milicianos y conducidos hacia Sagunto, donde en los primeros kilómetros de la carretera de Teruel, en las proximidades del cementerio, serían fusilados. Era la madrugada del 7 de octubre, festividad de la Virgen del Rosario, de la que tan devotos eran la mayoría. Las doce víctimas eran: Santiago Añó Doménech, médico; Pedro Añó Doménech, herrador; Ramón Pruñonosa Coll, cartero; Alberto Asensi Ferrer, viajante de harinas; Pascual Pitarch Castillo, labrador; Vicente Jovaní Marín, comerciante; José Mª Añó Añó, industrial; Emilio Alberich Pla, estudiante; Pedro Ramón Gómez, jornalero; Ricardo Cortina Campos, mecánico y jornalero; Gabriel Ruiz Añó, empleado de banca; e Ismael Cardona Peris, comerciante. Pero aún habrían más crímenes ese triste día 7 de octubre. Dos se llevaron a cabo en el término de Santa Magdalena: el de Manuel Masip Ramón, constructor de carros y el de Joaquín Foix Villarroya, ganadero; uno en Torreblanca, el de Miguel Pitarch Ferrer, panadero. (a) La loca panadera y uno en Benicasim, el de José Sales Bolta, industrial. Tal vez no fue ajena a estas muertes masivas la presencia y actuación en la provincia de la denominada “Columna de Hierro” que actuó conjuntamente con milicianos locales.
De todos los asesinados en aquel fatídico día queremos destacar a ocho de ellos por su condición de activos y comprometidos carlistas. Estas son sus reseñas biográficas:
Emilio Alberich Pla.- 1916-1936. Natural de Benicarló, estudiante de Derecho, hijo de Pablo y de Concepción, soltero. Era presidente de la Juventud Tradicionalista de Benicarló y un activo militante carlista.
El 6 de octubre de 1936 fue detenido en su domicilio de la calle Ferreres Bretó por dos milicianos a las órdenes del Comité local y encerrado, junto a numeroso grupo de vecinos de la ciudad, en las dependencias de lo que fue el Convent de Sant Francesc. Fue asesinado a los 19 años en Sagunto la madrugada del 7 de octubre de 1936 junto a once benicarlandos más. Su cuerpo recibió sepultura en Benicarló el 22 de agosto de 1939.

Pedro Añó Doménech.- 1893-1936. Natural de Benicarló, era ayudante veterinario y herrador. Casado con María Añó Anglés, presidenta de la agrupación local de Margaritas, tenían tres hijos: Pilar, Dolores y Pedro. Pertenecía a una amplia saga familiar vinculada al carlismo y muy conocida en la comarca por su labor como veterinarios (“els menescals”). Era hijo de Santiago Añó Esteller - muerto en 1924-,  un destacado carlista, que ocupó cargos de responsabilidad como la presidencia del Círculo Tradicionalista de Benicarló. Pedro Añó, ostentó entre 1932 y 1935 el cargo de Jefe local de la Comunión Tradicionalista.
Fue detenido el 6 de octubre en su domicilio de la calle Dr. Pera nº 1 por dos milicianos del Comité de Benicarló y asesinado en Sagunto  en las proximidades del cementerio la madrugada del día 7. Tenía 43 años.
Santiago Añó Doménech.- 1884-1936. Natural de Benicarló, era médico. Casado con Avelina López Jaria, tenían cinco hijos: Jaime, Avelina, Nieves, Álvaro y Alejandro. Al igual que sus hermanos Pedro y Federico heredó el activismo carlista de sus mayores. Simultaneó los estudios de Medicina y Veterinaria en Zaragoza, terminando ambas carreras con brillantes calificaciones. Ejerció como médico siempre en Benicarló; por su celo y  dedicación a sus pacientes era muy querido en el pueblo, donde contaba con la mayor parte de la iguala médica. Era también médico de los Ferrocarriles del Norte y de la Compañía del Puerto.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera ocupó por dos veces el cargo de Alcalde, realizándose bajo su mandato importantes obras como la construcción del Colegio Marqués de Benicarló, el reinicio de las obras del puerto o la construcción de la actual Capilla del Stmo. Cristo del Mar. Fue el primer presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de La Salle de Benicarló. También presidió la Cámara Agrícola Local. Amante de la cultura y las tradiciones valencianas colaboraba con “Lo Rat Penat”, colgaba de su balcón una “senyera” durante las festividades y escribía artículos en valenciano en el semanario local “Comarca”. Como señalaba su hijo, D. Álvaro Añó, “como buen carlista unía a su interés por la patria chica un entrañable amor a España”. Los temas de sus artículos eran casi siempre religiosos y reflexiones sobre el ambiente laicista que se vivía, animando a los lectores a permanecer fieles a las tradiciones religiosas. Sus escritos, titulados “Enyorances” (donde se dolía recordando la actividad religiosa anterior a las prohibiciones y denunciaba la pérdida de valores cristianos en la sociedad) y “Evangèlica” (comentarios del Evangelio con conclusiones para la vida personal y social), los firmaba con el pseudónimo de “Capblanc”. Dentro del carlismo desempeñó el cargo de Jefe del Distrito de Vinaroz de la Comunión Tradicionalista. Fue un gran animador de las actividades culturales y sociales del Círculo Tradicionalista de Benicarló: música y representaciones teatrales (en las que ejercía de apuntador), entre otras. Durante los años de la República hubo de soportar insultos y muestras de hostilidad por parte de sectores contrarios.
Iniciada la Guerra, siguió ejerciendo como médico. Oculto en la casa familiar estaba su hijo Jaime Añó López, que se había destacado por su participación en múltiples actividades carlistas. En los primeros días de octubre de 1936 los dirigentes del Comité se apoderaron de las listas de socios del Círculo Instructivo Tradicionalista, y con ellas empezaron a detener a sus miembros más destacados. Su apresamiento se produjo por medio de un engaño, pero que demuestra su gran espíritu de servicio: la noche del 6 de octubre un hombre llama  a su puerta - como tantas otras veces habían hecho los vecinos de Benicarló en busca de ayuda -  reclamando la visita del médico para atender a su mujer enferma.
Entre él y su esposa Avelina se desarrolla este diálogo:
- “Dice que su mujer va de parto y me parece que es soltero”.
- “No vayas”.
- “¿A ti te gustaría que el médico se negara a visitarte si te encontraras en la misma situación?”
Accedió a visitar a la falsa enferma y fue detenido. Durante el día anterior y esa noche fueron sacados de sus casas otros muchos vecinos de Benicarló. Junto a parte de esos detenidos fue conducido, la madrugada del 7 de octubre de 1936, a las afueras de Sagunto, siendo allí fusilado. Tenía 51 años.
Alberto Asensi Ferrer.- 1912-1936. Natural de Santa Bàrbara (Tarragona). Viajante de harinas, era hijo del propietario de la fábrica “La Perla Levantina” situada en el Paseo Febrer i Soriano. Soltero, hijo de Ramón y de Emilia. Formaba parte de una familia muy ligada al carlismo. Por su oficio y posibilidades de movilidad era el enlace del Requeté en las actividades preparatorias del alzamiento.

El 27 de septiembre de 1936 dos activos milicianos del Comité de Benicarló acudieron a su casa preguntando “¿Dónde están los hombres?” Ya que en ella sólo se encontraban su madre y su hermana. Al no hallarlos su despedida fue “Ya nos veremos más tarde…” Como así fue. El 4 de octubre se encontraba Alberto Asensi sentado a la puerta de su casa, volvieron los dos milicianos y al verle, uno de ellos, el que era de Benicarló le dijo al otro apodado “El Murciano”: “Ése es”. Fue conducido al cuartel de la Guardia Civil, en el antiguo convento de San Francisco, donde se encontró con otros correligionarios y amigos, y conducido a Sagunto la madrugada del día 7 de octubre de 1936 junto a los otros once benicarlandos. Cuando fue fusilado tenía 23 años. Fue enterrado en Benicarló el 22 de agosto de 1939. 

1 comentario:

elena dijo...

Descansen en paz e intercedan por nosotros estos valientes